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Rescantando a mis hijos del sistema

Como padres de niños cristianos, debemos imprimir un sello del Espíritu Santo sobre ellos que cuando los demás los vean, reconozcan inmediatamente que se trata de un hijo de Dios.


Cada vez que Dios ha levantado un líder en la historia, Satanás también se intenta levantar en contra de él, ocultándose detrás del sistema, la cultura y la “modernidad” con el propósito de silenciar su voz, acabar con su llamado e incluso atentar contra su vida y así impedir que este impacte a su sociedad y su cultura, transformándola y atrayendo el Reino de Dios.


En el libro de Éxodo capítulo 2, encontramos la historia de Moisés, y cómo Satanás se ensañó contra él, usando el decreto de Faraón de matar a todos los hombres recién nacidos. Pero también encontramos una madre que decidida a preservar la vida y el propósito de su hijo decide tomar riesgos y decisiones para salvarle. Inicialmente, toma un cesto y lo prepara poniendo asfalto y brea para tapar todas las rendijas. ¿Como padre, qué decisiones debes tomar para preservar la vida de tus hijos y su llamado?



Luego de tener la cesta lista, decide poner a su hijo en ella y lo envía río abajo. Ella no sabía que iba a pasar, únicamente tomó decisiones a favor de su hijo, confiando en que Dios tenía el control e iba a cuidar de él.


Tomamos decisiones y acompañamos nuestros hijos en el proceso. En este momento, en el que la mamá de Moisés ha tomado decisiones en su vida para protegerlo, llega el momento de acompañarlo en todo el camino, esperando el obrar de Dios. Es así, como milagrosamente, la princesa decide bajar al río a tomar un baño, y se encuentra con la cesta en donde viajaba el niño. Inmediatamente le pide a sus doncellas que alcancen la canasta. Al abrirla y ver un niño, inmediatamente reconoce que es Hebreo.


Luego de reconocer que en la canasta hay un bebé hebreo, inmediatamente sale a escena la hermana mayor que acompañaba su viaje, irrumpe sin mediar en la conversación y toma protagonismo a tal punto que incluso sugiere la solución a la princesa; traer a su propia madre para cuidarlo. ¿No es esto increíble?, el cuidado de Dios llega a tal punto que logra confundir a la hija del Faraón para que vaya en contra de las órdenes de su padre y aún más para que oiga y acepte el consejo de una pequeña niña hebrea.


La princesa hace llamar a la madre del bebé para cuidarlo hasta que fuera grande, ¡y además recibe un pago por esto!


Cuando como padres tomamos decisiones para proteger la vida de nuestros hijos, entonces Dios obra y a su vez trae provisión. No temas tomar la decisión a la que Dios te está llevando, Él mismo es quien dirigirá la cesta hasta su salvación.

También tenemos la historia de José en el capítulo 37 del libro de Génesis, quien luego de soñar de parte de Dios, comenzó a ser criticado y odiado por sus hermanos, e incluso cuestionado por su padre, quien lo amaba sobre sus otros hermanos. José tenía claro que Dios había fijado sobre él un propósito muy grande, y aunque ni su padre ni sus hermanos lo vieran y lo creyeran, él seguiría caminando hacia ello.


Como padres tenemos el deber de conocer para qué fueron creados nuestros hijos, creer en su llamado, apoyarlos, nunca subestimar su propósito y al contrario impulsarlos para llegar muy lejos. Debemos también acompañarlos con nuestro tiempo, no solo con recursos, es más, estos últimos, Dios los trae de manera milagrosa, pero el tiempo que no invertimos con nuestros hijos jamás se recuperará.


Por último, quiero mencionar la historia de Jesús. En el libro de Mateo capítulo 2, se nos narra los sucesos que circundaron su nacimiento. Nuevamente, a falta de creatividad, a Satanás se le ocurre volver a matar todos los varones nacidos en los últimos días. Herodes, invadido por el temor de que alguien le quitaría el trono, da esta orden. Es así como un ángel se aparece en sueños a José y le pide que salga de Belén, dejándolo todo allí, con destino a Egipto. José, esa misma noche escapa hasta nueva orden.


Luego de la muerte de Herodes José tiene 2 sueños más, uno indicando que Herodes había muerto y que debía regresar a Israel, y un segundo advirtiéndole que debía tomar hacia Nazaret, en el distrito de Galilea. Me emociona lo que dice en el versículo 15, “De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo»” y luego el versículo 23: “se cumplió lo dicho por los profetas: «Lo llamarán Nazareno».”


Que increíble ver cómo es Dios quien se encarga del cumplimiento de sus promesas, no hay nada que nosotros debamos hacer más que oír su voz y obedecer. José nunca dudó, nunca temió pensando en “¿de qué viviré?” o “¿Qué pasará con mi negocio?” simplemente se lanzó agarrado de la palabra de Dios de que su hijo sería el Salvador y asumió con valentía cada prueba que la vida le presentó.


Cuando tomas decisiones que protejan a tus hijos, la promesa de Dios sobre ellos se cumple. José se lo debió imaginar diferente, más tranquilo y hermoso, no en el asilo, sufriendo como migrantes en otra nación, pero aquí hay una clave, no está en lo que tú esperaste que sería, está en lo que Dios va a hacer a partir de las circunstancias. Él es quien da el cumplimiento.


¿Conoces que ha prometido el Señor sobre la vida de tus hijos?, ¿Sabes a que han sido llamados?

Es momento de buscar esta dirección en Dios y actuar.


* Textos bíblicos tomados de la versión NVI.

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